No existe un material con la versatilidad y el encanto de la pizarra natural. Sea donde sea el lugar elegido para instalar una cubierta de pizarra siempre es adecuado y el resultado satisfactorio.
¿Playa o montaña?, ¡En ambos!
En entornos costeros, la corrosión derivada por la exposición constante al aire salado deteriora mucho los materiales. Este problema no ocurre en las construcciones de pizarra natural, ya que esta, no cambia sus propiedades ni su aspecto aunque esté sometida durante años a la niebla salina.
En entornos montañosos, la preocupación de los arquitectos es otra. Encontrar un material que proporcione un buen aislamiento térmico para mantener el calor en el interior, además de que sea impermeable y evacue bien el agua de las precipitaciones. Y no menos importante que tenga una alta resistencia a la heladicidad.
Todas estas necesidades se ven colmadas por un material único y elegante como es la pizarra de tejado. Un material atemporal con una gran capacidad de adaptación a cualquier entorno, aportando siempre durabilidad, estética y personalidad.